Los días 28, 29 y 30 de noviembre, en la ciudad de Montevideo Uruguay, sesionó - bajo la evocación del Comandante Manuel Marulanda Vélez - el II Encuentro que, a partir de la fecha asume el nombre de COORDINADORA GUEVARISTA INTERNACIONALISTA.
Declaramos que:
La actual crisis capitalista es financiera, hipotecaria, de sobreproducción y energética. Que será de carácter prolongado y no creemos que se pueda saldar en breve tiempo. Los despidos, suspensiones, recortes presupuestarios, deterioro de la salud y la educación públicas, el aumento de la desnutrición, la mortalidad infantil por hambre, son las primeras manifestaciones de una crisis que está en sus comienzos.
El intento de una salida de la misma, desde el punto de vista capitalista, implicará una mayor concentración y centralización del capital, lo que implicará el aumento de la tasa de explotación de la mano de obra, la pauperización de importantes sectores de las capas medias y el empobrecimiento general de la población incluso, por primera vez en muchos años, en los países centrales. Abriendo las condiciones para una crisis de mayores proporciones y con menos posibilidades de conjurarla por parte de la burguesía. Otra cuestión importante es que se produce en el centro del sistema y abarca - por ello mismo - a todo el régimen capitalista mundial.
Mientras se destinan millones de millones de dólares a salvar a los magnates responsables de la crisis, se condena a millones y millones de hombres y mujeres en todo el planeta al desamparo total. Sólo en EE.UU., tres millones de familias han perdido su vivienda y los casos de suicidios, que la prensa del régimen oculta, alcanzan a miles y demuestran la medida justa de la barbarie capitalista a la que asistimos.
Los salvatajes financieros implementados no van a resolver los problemas generados. Esta crisis abre la posibilidad de una situación revolucionaria, única forma de resolver la misma desde una perspectiva desde el campo de los trabajadores y los oprimidos.
Por ello llamamos a las fuerzas antiimperialistas, clasistas, anticapitalistas y de lucha por la revolución y el socialismo a unificar esfuerzos contra el enemigo común.
No alentamos expectativas en ningún tipo de salida desde los gobiernos reaccionarios, populistas o socialdemócratas de los países de América Latina. Los primeros se inscriben totalmente en el consenso de Washington, los segundos impulsan un tibio antiimperialismo que no puede, ni podrá, resolver los problemas acuciantes de las masas trabajadoras, los terceros actúan como piezas de recambio en el tablero imperialista.Lo anteriormente expuesto estaría planteando la posibilidad del fin de hegemonía de los EE.UU. y abriendo el cauce a un mundo capitalista multipolar. Con el riesgo de que pueblos hermanos nos veamos arrastrados a enfrentamientos en aras de los intereses de la burguesía mundial. Una verdadera muestra y amenaza de ello es la reactivación de la IV Flota que, como bien demuestra lo ocurrido en Perú, no sólo ha venido a amedrentar.
El intento de una salida de la misma, desde el punto de vista capitalista, implicará una mayor concentración y centralización del capital, lo que implicará el aumento de la tasa de explotación de la mano de obra, la pauperización de importantes sectores de las capas medias y el empobrecimiento general de la población incluso, por primera vez en muchos años, en los países centrales. Abriendo las condiciones para una crisis de mayores proporciones y con menos posibilidades de conjurarla por parte de la burguesía. Otra cuestión importante es que se produce en el centro del sistema y abarca - por ello mismo - a todo el régimen capitalista mundial.
Mientras se destinan millones de millones de dólares a salvar a los magnates responsables de la crisis, se condena a millones y millones de hombres y mujeres en todo el planeta al desamparo total. Sólo en EE.UU., tres millones de familias han perdido su vivienda y los casos de suicidios, que la prensa del régimen oculta, alcanzan a miles y demuestran la medida justa de la barbarie capitalista a la que asistimos.
Los salvatajes financieros implementados no van a resolver los problemas generados. Esta crisis abre la posibilidad de una situación revolucionaria, única forma de resolver la misma desde una perspectiva desde el campo de los trabajadores y los oprimidos.
Por ello llamamos a las fuerzas antiimperialistas, clasistas, anticapitalistas y de lucha por la revolución y el socialismo a unificar esfuerzos contra el enemigo común.
No alentamos expectativas en ningún tipo de salida desde los gobiernos reaccionarios, populistas o socialdemócratas de los países de América Latina. Los primeros se inscriben totalmente en el consenso de Washington, los segundos impulsan un tibio antiimperialismo que no puede, ni podrá, resolver los problemas acuciantes de las masas trabajadoras, los terceros actúan como piezas de recambio en el tablero imperialista.Lo anteriormente expuesto estaría planteando la posibilidad del fin de hegemonía de los EE.UU. y abriendo el cauce a un mundo capitalista multipolar. Con el riesgo de que pueblos hermanos nos veamos arrastrados a enfrentamientos en aras de los intereses de la burguesía mundial. Una verdadera muestra y amenaza de ello es la reactivación de la IV Flota que, como bien demuestra lo ocurrido en Perú, no sólo ha venido a amedrentar.
POR ELLO TODA NUESTRA ACCION ES UN GRITO DE GUERRA CONTRA EL IMPERIALISMO, EL PEOR ENEMIGO DE LA HUMANIDAD
COORDINADORA GUEVARISTA INTERNACIONALISTA
POR LA UNIDAD DE LOS REVOLUCIONARIOS DE AMERICA LATINA
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